top of page
Buscar

5 indicios de que tienes trauma sin diagnosticar

Actualizado: 8 abr 2018

Cuando escuchamos la palabra "trauma" pensamos en veteranos de guerra y casos extremos de trastorno de estrés postraumático (TEPT), desastres naturales que dejan a la gente afligida y desamparada, o abuso físico y sexual. Si una persona ha experimentado este tipo de trauma, lo sabe.


Pero hay otro tipo de trauma, y es mucho más difícil identificarlo y evaluarlo, que se llama trauma de desarrollo y/o temprano.


Debido a su carácter esquivo, se pasa por alto. Muchas personas viven durante décadas, o con frecuencia durante toda una vida, sin saber que sus problemas de salud, relaciones insatisfechas y sueños fallidos son el resultado de este tipo de trauma que ocurre en la infancia.


Según las estadísticas, hasta dos tercios de los estadounidenses blancos de clase media han experimentado algún tipo de trauma temprano (también llamado adversidad temprana) que aumenta su riesgo de problemas físicos, mentales y emocionales en la edad adulta. Este tipo de huella traumática temprana causa estragos en el cerebro y el sistema nervioso autónomo y, por mucho que nos gustaría creer que el tiempo cura todas las heridas, simplemente no es así en este caso.


5 indicios para explicar por qué ciertas personas fracasan continuamente incluso cuando dan su 100%:


1) Siempre terminan atascadas y siempre encuentran resistencia bloqueando su camino sin importar cuánto progresen ni las afirmaciones positivas que repitan. Tienen problemas con la atención y el enfoque, y no logran mantenerse consistentes con nada.


2) Comen de manera sana, nunca comen en exceso y están haciendo más ejercicio del que están acostumbrados, y sin embargo aún están fatigados y no pueden perder peso.


3) Terminan sintiendo miedo y ansiedad, a pesar de que saben que no hay nada de qué temer (y podrían haber jurado que ya habían superado sus miedos ... así que ¿por qué vuelven?!). Rumian sobre cosas que sucedieron hace semanas -incluso meses-, y tienden a crear estos espirales hacia abajo por aparentemente nada. O al revés: a menudo parecen entumecidos y no pueden sentir nada, ni en su cuerpo ni en sus emociones, y no importa lo que hagan, nada parece ceder. No hay alegría de vivir en ellos.


4) Tienen tendencia a entrar en relaciones equivocadas y continuamente terminan siendo víctimas de personas tóxicas y situaciones peligrosas (a pesar de que estás esforzándose para poner límites sanos y crear relaciones más sanas). También a) tratan continuamente de complacer y/o disculparse, por lo que hacen y por lo que no hacen, y/o b) están a la defensiva o no están dispuestos a admitir una equivocación o cualquier señal de debilidad.


5) Han dejado perplejos a todos sus médicos, y aunque consiguen algo de alivio de vez en cuando, su sistema es como un pez resbaladizo: justo cuando creen que tienen algo resuelto, eso algo desaparece inmediatamente y aparece otro síntoma. A estas personas les etiquetan con diagnósticos como dolor crónico, fatiga crónica y fibromialgia. Con frecuencia tienen migrañas y problemas digestivos que ningún cambio de dieta ayuda.


Estos 5 puntos son señales muy grandes de que existe trauma temprano (en la infancia) y de desarrollo.


Por qué el trauma no es lo que crees que es, y por qué puede interferir con el logro de resultados y con lo más importante, mantenerlos.


El trauma temprano y/o de desarrollo es cualquier cosa que ocurra pre-verbalmente, es decir, antes de que podamos crear significados, asociar emociones a nuestras experiencias, o hablar. También es el tipo de trauma que ocurre cuando crecemos en un entorno que es crónicamente inseguro y no ofrece la seguridad de un vínculo sano con un cuidador principal ni lo básico (alimento, protección, etc).


Estos son algunos ejemplos comunes que tendemos a pasar por alto:

  • Nacer prematuramente.

  • Experiencia de estrés en el útero.

  • Procedimientos quirúrgicos en edad temprana (incluso los procedimientos 'simples' como las amigdalectomías).

  • Falta de sintonía afectiva con la madre (la falta de sintonía, aunque parezca inperceptible, es una de las formas más graves de trauma temprano).

  • Ser adoptado (lamentablemente, tener una familia adoptiva amorosa no te vacuna contra el estrés por ser puesto en adopción en primer lugar).

  • Los padres que están deprimidos y/o no están muy presentes emocionalmente como resultado de sus propios traumas del pasado o de estar enfermos.

¡El bebé lo siente todo!


Su pequeño sistema nervioso solo siente la falta de seguridad y la amenaza constante. No importa si se trata de tiroteos y explosiones, de ser descuidado, o de ser atado para una cirugía; el efecto es el mismo.


Para comprender cómo estos eventos desequilibran a una persona, debemos entender que el trauma en realidad tiene menos que ver con el evento en sí, y más con cómo afecta ese evento a la biología interna del bebé y al individuo a largo plazo.


Por ejemplo, una situación crónica, como cuando una madre se siente estresada mientras su bebé está en el útero, o un bebé indefenso que no puede escapar de una vida doméstica tóxica, significa que no puede defenderse y protegerse. Está a merced de la situación y el entorno. Cuando esto sucede, el niño está entre la espada y la pared.


Lo que normalmente sucede es que el niño se desconecta (su fisiología) de su experiencia interna. Es excesivo sentir la intensidad de la situación. Por ello, la mejor manera de resolver este problema es dejar de sentir por completo. Problema resuelto… aunque realmente no.


Es la mejor estrategia de supervivencia disponible (es la "parálisis" de las respuestas de supervivencia del sistema de lucha/huida/parálisis), pero no es positivo si ese niño mantiene ese estado fisiológico en sus años adolescentes y adultos, que es precisamente lo que a menudo sucede.


En el mundo del trauma somático diríamos que esta persona vive con un patrón de "congelación funcional", es decir, funciona, puede que incluso tenga éxito, pero por dentro su sistema está en caos.


Pero volvamos a ese bebé que necesita apagarse para preservar su seguridad. Aquí es donde empieza el problema.


Cuando dejamos de sentir, también dejamos de ser capaces de escuchar lo que nuestro cuerpo quiere. Los mecanismos de señalización se apagan también y dejamos de ser un ser humano sano. Entramos en modo de bajo metabolismo y bajo oxígeno.


Nuestras señales de seguridad se desajustan. Comenzamos a vivir en un estado de supervivencia estresado (por ejemplo, la persona que siempre tiene miedo a exponerse, y puede estar en un estado de pánico perpetuo y ansiedad por eventos futuros que aún no han ocurrido, o eventos pasados ​​que ocurrieron hace mucho tiempo).


Con el tiempo, esto se manifiesta no solo en nuestra salud y biología, sino que a medida que nos convertimos en adultos, se filtra en cómo pensamos, trabajamos, creamos y nos conectamos.


Esto es cómo los traumas tempranos y/o de desarrollo le pueden afectar al adulto: esas estrategias de la infancia para mantenerse a salvo y proteger su ser se quedan con nosotros para siempre, a menos que nos enfrentemos a ellas.


Esta respuesta de parálisis funcional no desaparece por sí sola, ni el tiempo cura esta herida. Esta huella temprana en el sistema nervioso se mantiene durante toda la vida a menos que realmente trabajes para salir de ella de forma segura con ayuda profesional.


Esta es la razón por la cual muchas personas que están atrapadas, enfermas y sufriendo de alguna manera, encuentran muy difícil resolver completamente sus problemas; los problemas están ocultos en el interior de su sistema nervioso, en un patrón de supervivencia que todavía cree que algo es peligroso, aunque técnicamente saben que están "seguros".


Pero la sanación es posible. Esto es lo que uno puede hacer para comenzar el proceso de curación de un trauma infantil:


1 - El primer paso es la educación.

Aprender sobre las complejidades del trauma, además de cómo y por qué el sistema nervioso se atasca, es esencial.


2 - Sé valiente y toma la decisión de sumergirte en tu propia sanación del trauma.

A medida que aprendas más sobre el trauma desde la perspectiva del sistema nervioso, sin duda lo relacionarás con tu propia vida. Muchos de nosotros hemos experimentado traumas de nacimiento, u hospitalizaciones traumáticas , cirugías tempranas o experiencias cercanas a la muerte como asfixia, ahogo, asfixia o fiebres altas, todo lo cual deja huellas basadas en el miedo. Esto significa que muchos de nosotros tenemos heridas tempranas que afectan la forma en que nos vemos a nosotros mismos, cómo nos desenvolvemos en el mundo y nuestra autoestima general.


Seré muy sincero aquí y diré que comenzar este camino de sanación no siempre es fácil, ya que significa explorar y sentir las sensaciones y emociones físicamente, lo cual puede ser un poco incómodo al principio. Pero con el tiempo empiezas a darte cuenta de que tales incomodidades están ahí para enseñarte algo muy importante.


Por Irene Lyon.

www.irenelyon.com


bottom of page